Reflexiones para tí.

Jonás

La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitai: “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia”. Jonás 1:1, 2.

No sé cuál de los dos es más necio, Jonás o Balaam. Conocen al Señor que les da los mensajes, e intentan esconderse de él o actuar en contra de sus claras órdenes. Sería cómico, si no fuera trágico.

Hay varios pasajes en la experiencia de Jonás que nos podrían ayudar a meditar en nuestras vidas, pero creo que en lo primero que debemos reflexionar es en tu actitud frente a los mandamientos divinos. ¿Obedeces? ¿No les haces caso? ¿Por qué? ¿No crees que Dios exista? ¿Crees que las órdenes son para los otros y que no tienen nada que ver contigo? ¿Te sientes tan vacío espiritualmente, tan lleno de ritos sin sentido en tu vida que dormir, viajar, obedecer o predicar te da exactamente lo mismo?

Yo no sé cuál puede ser el motivo pero, observando la realidad espiritual de mi iglesia, me preocupo. No es crítica, es un llamado de atención, porque yo soy parte de la iglesia. Cada día que pasa me sorprendo con posiciones, puntos de vista y discursos que no tienen la menor base bíblica, repetidos y defendidos con una vehemencia digna de reformadores.

Un ejemplo, para pensar juntos. Un miembro de iglesia y dirigente espiritual de la congregación abandona a su familia para irse a vivir con otra mujer. Eso es adulterio. ¿Tienes alguna duda? Espero que no, porque sino el problema es más profundo.

El pastor de la iglesia, luego de los pasos presentados por la Biblia, obviamente lleva los nombres a la Junta administrativa de la iglesia para que sean removidos del libro de los miembros. Básico, ¿cierto? Pues bien, hubo gente que defendió la idea de que “el amor es más fuerte”, y lo importante es que los adúlteros se aman… ¡Totalmente incorrecto! ¡Es como viajar a Tarsis cuando Dios te dijo que vayas a Nínive!

Las ideas, concepciones y pensamientos personales se han arraigado tanto en nuestras mentes que nos olvidamos del “Escrito está”. Observamos, como Jonás, todo desde nuestra óptica, finita y pecadora, queriendo mostrar a Dios cuál es el mejor camino a seguir. No nos conformamos, porque las ideas del Señor del universo no son iguales a las nuestras.

Sería cómico, si no fuera trágico.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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